Los casos van en aumento: mujeres sanas y jóvenes que empezaron a tomar anticonceptivos de última generación, de repente empezaron a enfermar e incluso a morir como consecuencia de trombosis y embolias pulmonares inexplicables para su condición de salud. Usuarias alarmadas y médicos preocupados empezaron a encontrar serias correlaciones entre el consumo de los anticonceptivos y la aparición de estas peligrosas enfermedades.
Tal como lo reseña un completo informe difundido por la Deutsche Welle de Alemania, un número significativo de mujeres europeas y norteamericanas que han usado los mencionados anticonceptivos de última generación han experimentado deterioro de su salud, relacionado con hipertensión pulmonar muy peligrosa, riesgo de fallo cardiaco y la ya mencionada aparición de embolias. Muchas de las consumidoras y de los médicos tratantes fueron seducidos por las promesas de las farmacéuticas relacionadas con los nuevos productos. Según la publicidad, estos nuevos medicamentos anticonceptivos no hacen engordar e incluso pueden ayudar a adelgazar y mejorar el aspecto de cabello y piel.
Investigadores alemanes señalan que las píldoras anticonceptivas de hoy están lejos de ser tan benéficas, pues deshidratan el organismo y esa podría ser la raíz de muchos males. La sangre se torna más espesa, afectando inicialmente las piernas. Allí se forman coagulos que migran hacia los pulmones. Allí, por lo general el trombo dificulta la respiración, obstruye los vasos sanguíneos y afecta el corazón.
Fabricantes como Bayer señalan ante las denuncias que no se ha podido comprobar científicamente una correlación y que se trata de casos aislados. Insisten en que son más los beneficios que los riesgos de sus píldoras anticonceptivas de última generación.
Gerd Glaeske, experto de la Universidad de Bremen, se declara en total desacuerdo con esta explicación, luego de analizar y sintetizar estudios realizados en pacientes que han tenido dificultades de salud presuntamente relacionadas con las píldoras anticonceptivas. Sobre el particular afirma: «Yo no hablaría de casos aislados. Tenemos tantos datos que se han recogido sistemáticamente en estudios realizados en Dinamarca, Reino Unido y Estados Unidos que hay que tomar el asunto en serio. Creo que estos riesgos y el alto número de trombosis y embolias pulmonares tienen que ver con el producto».
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El más extenso estudio sobre este preocupante tema se realizó en Copenhague, Dinamarca, con una muestra poblacional de un millón de mujeres. El mismo concluye que las píldoras anticonceptivas de nueva generación duplican en riesgo a sus predecesoras. De hecho, médicos expertos como Wolfgang Becker-Brüser, editor de una respetada publicación científica danesa, afirma que si estuviera en sus manos prohibiría este tipo de píldoras en su país.
Las acciones legales contra multinacionales farmacéuticas como Bayer ya empiezan a multiplicarse, especialmente en Alemania, país en el que se ha ventilado con mayor amplitud el tema en internet y redes sociales. Allí crece la polémica no sólo por los riesgos para la salud que estos productos anticonceptivos han creado sino también por las alternativas limitadas que tienen las mujeres alemanas para prevenir los embarazos no deseados.
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