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Lamentablemente no son pocas las personas en el mundo capaces de maltratar cruelmente a un animal sin importar lo pequeño, frágil o indefenso que este sea. Sin embargo también son muchas las personas que luchan por la vida de los animales, como lo hicieron quienes rescataron a un bebé orangután de un terrible maltrato en Indonesia.
El pequeño orangután llamado Budi, fue mantenido en cautiverio desde su nacimiento en una jaula para pollos y alimentado únicamente con leche condensada durante sus primeros 10 meses de vida, lo que causó deformación en sus huesos y una extrema debilidad corporal que le impedía alimentarse e incluso sentarse por sí mismo.
Jaula en la que vivó Budi en su primeros 10 meses de vida.
Budi fue rescatado por los miembros de la organización International Animal Rescue (IAR) quienes quedaron impactados por la forma como el orangután lloraba a causa del dolor en su cuerpo cuando era llevado a su nuevo hogar en la isla de Borneo.
Al poco tiempo del rescate, la organización publicó un video en el que se ve ha Budi recibiendo los cuidados de dos enfermeras, quienes con cariño y dedicación le daban alimento y le ayudaban a sentarse, ya que sus débiles extremidades y articulaciones inflamadas no le permitían moverse y le causaban dolor.
Las enternecedoras imágenes del video conquistaron los corazones de muchas personas, quienes donaron más de $75000 dólares en pocas semanas para los cuidados del pequeño.
Luego de unos pocos meses Budi se ha recuperado lenta pero satisfactoriamente como lo muestran las imágenes de varios videos, en los que se ve al pequeño orangután comiendo sin la ayuda de los veterinarios y entrenando para caminar, libre de dolor.
Budi ahora tiene las fuerzas para alimentarse por sí mismo y comer alimentos sólidos.
Disfrutando de la libertad y libre de dolor.
Alan Knight uno de los directivos de IAR comentó al Daily Mail, que Budi necesita al menos cinco años de rehabilitación antes de considerar la posibilidad de reinsertarlo a la vida salvaje. Si a pesar de los cuidados, Budi no desarrolla la fuerza corporal necesaria para valerse por sí mismo en la selva, la IAR deberá cubrir los gastos para mantenerlo el resto de su vida en su santuario animal.
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